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Tiempo de política
por:
Salvador Fernández Nieto
Refinería Olmeca un día después
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Existen tres tiempos a seguir para la Refinería Olmeca construida en el puerto de Dos Bocas, municipio de Paraíso, Tabasco: sus secuelas, su terminación real y la inclusión económica local durante su posterior operación.
Visitar la cabecera municipal es atestiguar el colapso económico de la burbuja financiera que se evaporó con la partida de decenas de miles de trabajadores que participaron en su construcción, la mayoría de otros municipios y de otros estados.
Fue previsible que el boom era temporal, sobre todo en actividades de servicios básicos que demandó la masa de obreros contratados por la planta.
Sin embargo, las secuelas ahí están: el municipio quedó dañado en su infraestructura de comunicaciones, de vialidades en ruinas en la propia cabecera que presenta una imagen de abandono.
Paralelamente a la edificación de tan gigantesca planta, no se construyeron vías como un libramiento funcional, pavimentación de avenidas y calles como se observan en las comunidades que impactó el corredor interoceánico de Salinas Cruz a Coatzacoalcos, en Veracruz.
Ese abandono por falta de gestión de los alcaldes, primero por el morenista Antonio “Caldo” Almeida que perdió la alcaldía en favor de la perredista Ana Castellanos y ésta a su vez con Alfonso Baca Sevilla, del Partido Movimiento Ciudadano. Es decir, el partido Morena gobernante en México y en el caso de Tabasco con el 83% devotos para el actual gobernador Javier May, fue castigado por segunda ocasión en las urnas por los habitantes de Paraíso.
La aportación de la refinería Olmeca para lograr la autosuficiencia energética del país con 270 mil barriles programados de gasolinas, diésel y turbusina, no está a discusión.
Lo que se cuestiona es el manejo político electoral que se le dio para “inaugurarla”, cuando aún le faltaba un año para su conclusión; el de “pruebas para su operación total” hace meses que no ocurrió y está pendiente el compromiso del ex presidente López Obrador que a fin del año, es decir en dos meses, estará en operación al 100%.
La deuda de la Refinería Olmeca, el gobierno federal lopezobradorista, el estatal del duo Adán-Merino y los fallidos dos trienios municipales, está vigente y las nuevas autoridades de los tres niveles de gobierno deberán coordinarse para diseñar una sinergia económica, de cadenas productivas que reactiven la economía local, para que sus habitantes compensen la carestía provocada por la enorme obra que fue esperanza y ahora es tragedia. El destino de los paraiseños no puede estar a merced del mercado.
De los servicios públicos básicos, incluyendo la seguridad, simplemente deben cumplir su responsabilidad las dependencias correspondientes municipales, estatales y federales.
Los operadores de la refinería deben aclarar sobre el olor provocado que este lunes afectó a los alumnos un plantel escolar vecino.
TIEMPO FUERA.- Si ya vive en su quinta de “La Chingada” en Palenque, el expresidente tabasqueño Andrés Manuel López Obrador ya estará enterado de primera mano por sus vecinos y medios locales del grado de inseguridad que priva en Chiapas, que desde la mañanera subestimaba, porque solo era “información magnificada por sus adversarios”. Es tiempo que le rinda cuentas -aunque sea en corto y de manera moral- el fallido y desaparecido gobernador Rutilio Escandón. Su nombre, en Chiapas, no está limpio, señor expresidente.